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miércoles, 18 de enero de 2012

La Daga de Miel - Segunda Parte


Bueno bueno.. Finalmente dejo la Segunda Parte de esta historia :) La escribí hace mucho tiempo, cada vez que la leo le encuentro algo que me gustaria modificar, pero eso ya ni siquiera tiene importancia.. Me gusta tal cual es y me alegra por fin dejarla salir de mis archivos de computadora ^^ Enjoy! xP 

Para ver la Primera Parte dar clik al siguiente link:

[...]

Llego el momento en que me revelaran aquella sorpresa que me habían prometido. Subimos al auto de Roxana y nos encaminamos hasta las afueras de la cuidad. Pasando la vía de trenes, después de 1 kilometro Roxana se bajo del asiento del conductor y le cedió el lugar a Ros, ya que solo ella conocía el camino en adelante. Habían pasado ya casi unas dos horas de viaje hasta que por fin llegamos a una pequeña cabaña escondida entre unos árboles justo al pie de un pequeño lago. El refugio se veía tan acogedor como tenebroso; ya me lo podía imaginar cubierto de neblina y un manto de estrellas. Para Ros, esta sería nuestra nueva sede del club que acaba de inventar y que nos incluía a nosotras como miembros.         
                Lo llamaba “El club de las hechiceras” y fue gracioso al principio. Hacíamos bromas acerca del mundo moderno, nos burlábamos de los burócratas y las autoridades, leíamos libros de nuestro interés y bebíamos alcohol, mucho alcohol. Había ocasiones en las que controlaba mi bebida pero otras que no, casi no me importaba porque realmente pensé que no íbamos a hacer nada malo.
                Ros tenía un increíble poder que yo ya conocía desde hace mucho que era el de la persuasión. Si, ella estaba obsesionada con el tema de la oscuridad, lo satánico y lo prohibido, y logro pasarnos ese interés a las tres. Llegamos a un punto en que solo queríamos tentar a la suerte, desafiar a la sociedad realizando lo que para ellos estaba mal, como la brujería o los preferidos entre nosotras, rituales prohibidos. Antes de que me diera cuenta yo ya era parte de un grupo que pertenecía a un lugar fuera de este mundo, donde las ideologías no significan nada y los más fuertes son lo que sobreviven. Durante meses nos estuvimos preparando para comenzar nuestra prueba final, el ritual preferido por nuestro modelo a seguir, Caster.
                Faltan solo treinta minutos para que sea la media noche, estábamos dirigiéndonos hacia un pequeño depósito por donde cruzaban las vías del tren. Se lo conoce a ese lugar como un sitio abandonado ideal para los vagabundos, e ideal para nuestra próxima hazaña.
Roxana estaba manejando su coche mientras que Ximena la acompañaba en el asiento del copiloto. Yo y Ros nos quedamos en la parte de atrás. Ella buscaba tomar mi mano y yo se la sujete con fuerza, me estrecho hacia ella y me acomode sobre su hombro. Balbuceaba algo, no pude escuchar con claridad debido al ruido que provocaba el auto al pasar por esa calle sin asfalto, aun así las únicas palabras que entendí con claridad fueron las de por favor y suerte, de ahí en mas no me quise concentrar en nada más de lo que dijera, ya lo había hecho por mucho tiempo, solo quería disfrutar del contacto de mi cuerpo con el suyo y llenarme de él, porque en ese momento no sabía cuando volvería a sentirla de la misma manera.
                Nos acercábamos a nuestro destino. Detuvimos el auto justo entre las sombras de unos árboles, haciéndolo prácticamente imperceptible y desde allí localizamos a nuestro objetivo. Un hombre de unos cincuenta y tantos años, barbudo, descalzo y con la ropa hecha harapos, acostado en uno de los portones de los depósitos, relajándose y disfrutando de no tener ni un solo problema en la vida. Ros, quien encabezaba esta misión, lo encontró como a una excelente presa para nuestro ritual. Era uno de los más sencillos de todos los ritos, lo único que había que hacer era matarlo con una daga bañada en miel de abejas africanas y luego siguiendo un cierto patrón beberíamos su sangre, volveríamos a nuestro refugio y nuestro ritual estaría completo. Con esto tendríamos una supuesta vida saludable durante unos cincuenta años en adelante, siempre y cuando lo hagamos correctamente. Ros y Roxana se bajaron del auto para inspeccionar el área, así que yo y Ximena nos quedamos las dos solas.
                -Así que… Ah llegado el momento.
                Dije en voz alta, me estaba acurrucando en mi asiento y llevando mi mano hacia la cruz que colgaba de mí cuello cuando sentí un sollozo que venía desde adelante. Me acerque para comprobarlo y si, a Ximena le empezaron a caer las lagrimas. Lentamente y asegurándome de no hacer ruido me baje del auto y abrí la puerta del copiloto. En cuanto me vio, Ximena se abalanzo sobre mí en lágrimas y yo conteste a su lamento dándole un fuerte abrazo consolador.
                -No quiero hacerlo. –Me decía al oído. –No quiero hacer esto, no puedo.
                Su voz se cortaba, verla y sentirla en este estado me destruía el alma. Ella nunca antes había reaccionado de esta manera, nunca. Lo que quiere decir que esta ocasión es especial.         
                Comencé a buscar palabras de aliento, algo que la ayudara a continuar con el plan sin que se sintiera presionada.
                -Es normal que te pongas nerviosa. –Comencé a decirle. –Todas lo estamos. Pero no hay de qué preocuparse, todas estamos aquí.
                Apenas dije lo que dije no me lo podía creer. ¿Cómo puedo decirle esa clase de cosas en una situación como esta? Es una locura. Todo esto es una locura. No se puede atentar con la vida de alguien solo porque nos lo dijo un libro, ¿Y para qué? ¿Vida eterna? Si la vida fuera eterna entonces todos estaríamos hartos de ella, yo siempre respete eso al igual que respeto las ideas de los demás sin entrometerme en sus existencias. Yo era muy feliz hasta hace algún buen tiempo, pero todo eso cambio cuando empecé a buscar un ideal que resulto ser el incorrecto. Esta no soy yo, acabo de perder mi identidad, solo tengo a Ros, y si solamente soy alguien atreves de los demás, es lo mismo que ser nadie.
                -Quiero irme a casa.
                Dijo Ximena mientras intentaba secarse las lágrimas. Yo también quería irme a casa.
                Levante la cabeza por encima del auto y vi a la distancia a Roxana, intente hacerle señas para que viniera pero era inútil, no me veía. Le di un último y fuerte abrazo a Ximena antes de salir corriendo hacia donde estaba Roxana. No hizo falta explicarle casi nada, en cuanto escucho las palabras Ximena y llorando, salió disparada hacia su dirección. Si a mí me convenció de dejar esta locura, estaba segura de que también lo haría con ella, la conocía lo suficiente para saber que nunca dejaría a su amiga.
                Busque a Ros entre las tinieblas, hasta que pude detectar su perfume en el ambiente el cual seguí y me guio hasta ella. Se sorprendió al verme en ese lugar, y se sorprendió aun más con mi cara de preocupación. Le dije que Ximena y Roxana no lo harían. Su cara de decepción y furia, sumado a esos ojos muertos, eran devastadores. Deje que se tranquilizara y su acto siguiente fue tomarme de las manos, me clavo su mirada carente de alma y se acerco a susurrarme al odio. Eso me debilito por completo, yo estaba a punto de darme la vuelta e irme también, pero después de eso me derretí peor que un helado bajo el sol y me deje caer al merced de sus manos. Me arrastro hasta los portones de los depósitos y nos escondimos justo detrás de una pared. Solo había que caminar unos cuantos pasos más y habríamos llegado al indefenso sujeto. De su bolso saco dos enormes dagas y la cubrimos con la miel, había llegado el momento de atacar.
                Quería terminar con esto de una vez por todas, así que me apresure y tome la delantera, iba casi al trote con la daga fuertemente sujetada en mi mano derecha. Cuando el sujeto se dio cuenta de mi presencia, obviamente se sorprendió pero no parecía asustado, hasta me sonrió. No fue sino hasta que levante la mano en alto que el pánico recorrió todo su rostro. Después de eso ni se movió, movía los brazos y la cabeza de un lado al otro, pero a lo que voy es que no se levanto ni salió corriendo, siendo que el tiempo en que yo me quede dubitativa con la mano en el aire fue el suficiente para que se levantara y empezara a correr como desquiciado. Mi brazo se estaba cansando de quedarse ahí arriba, pero no podía bajarlo, no podía decir nada, solo recuerdo que empecé a retroceder.
                Ros apareció desde detrás de mi espalda, había estado caminando con la daga en alto todo este tiempo. El sujeto pego un alarido de niñita en cuanto la vio, tal vez por que causo mucho mas efecto su postura acecina que la mía.
                Justo cuando paso por mi lado se había volteado a verme, mire una vez más aquellos ojos muertos que tanto me gustaban y me dedico una sonrisa. Con todas sus fuerzas bajo el brazo eh incrusto la daga justo en el hombro izquierdo del sujeto y con un movimiento aun más brusco rasgo toda la piel y la carne formándole una enorme y larga herida que recorría todo el costado del cuello, y repitió exactamente el mismo acto del lado derecho. De un tirón echó al moribundo tipo al suelo boca abajo, le arranco los pocos trozos de ropa que tenía y comenzó a apuñalar varias y seguidas veces. Siguió así un buen rato, hasta que volvió a dar vuelta al cadáver, abrió su estomago y comenzaba a apuñalar sus órganos internos. Cada enorme coagulo de sangre se lo llevaba hasta la boca y lo desparramaba por sus labios, por toda su barbillas, bajando desde el cuello hasta rozar su pecho.
                ¿Yo? Yo solo me quede ahí a observar. Su risa siempre había sido como la de una bruja de cuentos, antes siempre hacía de todo por hacerla reír para poder escucharla una vez más, los sonidos de éxtasis que comenzó a emitir eran ruditos y gemidos que yo ya había escuchado antes en muchas ocasiones. En esta oportunidad ella hizo todo lo mencionado anteriormente, así que mientras veía como seguía jugando a la muerte con el cadáver de un vagabundo nunca se me cruzo por la cabeza detenerla. ¿Cómo podría yo intentar cortar esa risa que me volvía loca de pasión? No podía, no podía hacer nada, no era más que un inútil peón en este juego.
                En cuanto termino su cometido y se volteara a verme algo horrible sucedió. Mis preciosos ojitos muertos habían obtenido un brillo inocentemente aterrador. Se veían tan falsos y llenos de satisfacción que me rompió el corazón. Parte de mi pensó que acaba de perderla.
                Al día siguiente encontraron el cadáver del sujeto, y por consecuencia comenzaron a hacer investigaciones. Quizás nadie hubiera empezado a investigar si no fuera por semejante imagen de violencia, una muerte cruda, salvaje y brutal. Ninguna de las cuatro hablo sobre algo de lo que haya pasado aquella noche, así que nadie testifico contra nadie, pero aun así había demasiada evidencia en el lugar, como las huellas digitales de las manos de Ros que quedaron grabadas en los portones, en suelo y en cadáver. Además había algo que nos jugo en contra y que nos tomo a todas por sorpresa. Roxana tenía muchas deudas sin pagar, y cuando le fueron a sacar el auto la policía lo relaciono con las huellas que encontraron más allá en la escena del crimen. De paso encontraron la cabaña abandonada con todas nuestras cosas allí aun, y muchos libros que decían propiedad de tal persona.
                Nuestro primer crimen y dejamos más pistas de las que podríamos a ver imaginado. Así que lo que paso después fue que nos llevaron ante un juez a las cuatro, después de que nos relacionaron a todas con el crimen.
                Roxana tuvo que pagar una muy alta suma de dinero a la fiscalía por sus años de evasión de impuestos, y tiempo después abandono el país y Ximena no me quieren decir a donde se fue. Está bien, lo entiendo.
                Ximena fue encontrada inocente de todos los cargos, ya que las tres testimoniamos en que ella no tuvo nada que ver con lo sucedido, y como no volvieron a encontrar ninguna otra evidencia para volver a inculparla, la dejaron en libertad y libre de cargos. Saber eso me puso muy feliz por ella.
                Para Ros no fueron tan sencillas las cosas, sus huellas digitales estaban por todos lados y cuando encontraron sus pertenencias en la cabaña ya no hubo ninguna vuelta atrás. Fue condenada a cadena perpetua por el asesinato y además fue encontrada como la única culpable. Así es, la única culpable. En cuanto a mi salí libre porque no había evidencia que atentara contra mí. O por lo menos eso era lo que yo pensaba.
                Cada vez que había un día hábil para ir de visita nunca desaprovechaba la oportunidad. Los primeros días eran como si ella aun no entendiera todo lo que estaba pasando. Después de esas semanas quedaron atrás vinieron aquellas en las que se mostraban completamente irracional e irritable, incluso hubo una ocasión en la que tuvieron que sedarla. A veces odiaba mirarla a los ojos porque ese espantoso brillo aun seguía allí, además de que verla en ese estado me partía el alma que me quedaba después de que la apartaron de mí.
                La semanas pasaban y ella mejoraba con forme pasaba el tiempo, hasta que por fin nos dejaron pasar a la habitación de cónyuge, aunque no lo éramos. Justo cuando estábamos  por salir ella me detuvo y me hablo de algo que había notado mientras estábamos en el estrado. Al parecer yo nunca lo había notado, pero el fiscal en la corte realmente me había echado un ojo, según las palabras de Ros. Lo que ella me estaba diciendo me explicaba porque me resulto tan sencillo zafarme de las acusaciones, pero lo que si me sorprendió es que ella no dijo nada al respecto sino hasta ahora. Tal vez en estos momentos podría estar acompañándola en la cárcel y seriamos unas condenas felices. Me aconsejo que no lo dejara escapar o algo así.
                -Tú siempre me decías que preferías que te engañara con otra mujer que con un hombre. –Le dije apresuradamente tratando de buscar una excusa para no tener que hacer nada.
                -En todo caso tú lo estarías engañándolo conmigo. Si te lo permite, trata de visitarme a menudo, ¿Si?
                Le di un fuerte abrazo, uno que le haría justicia a nuestro último contacto. Nunca más volvimos a entrar a esa habitación.
                 Hace mucho tiempo atrás me case con el mismo fiscal que estaba en mi corte, resulto ser un buen sujeto, amable, leal, gracioso y bien parecido. Tuve dos hijos con él, una niña y luego un niño.
Recuerdo cuando mi hija mayor tenía curiosidad por conocer a esta tal Ros de la que había hablado una vez, y no paso mucho tiempo para llegar al día en que la conoció. Nunca voy a olvidar ese día, no solo porque Ros conociera a la nueva luz de mi vida sino porque ese mismo día me volví a enamorar de ella. Jamás en mi toda mi vida había usado el término “amor”, yo siempre había sido una esclava rendida a sus pies, pero ese día cambiaron las cosas, porque además ese también había sido el mismo día en que Ros había perdido el brillo en los ojos, esa chispa de humanidad falsa había desaparecido por completo, y el vacio volvió a esos ojos muertos, los mismos por los cuales fui capaz de todo y lo seguirá siendo del mismo modo.
                Ximena y yo hemos sido las mejores amigas hasta el día de hoy, por el momento ahora tuvo que realizar un viaje al exterior, según ella por temas familiares, pero estoy segura y podría apostar a que finalmente pudo conseguir hacerle una visita a Roxana, y aunque le dije que le mandara saludos de mi parte ella aun así se hizo la tonta, pero está bien. Yo me quede en casa con mi marido.

                Mónica, la mujer que nos ayuda en la casa, acaba de entrar en mi habitación a dejarme una carta. No hace falta que vea de quien es, reconozco a la perfección el sello de la cárcel de la cuidad. Sabía que esto pasaría; ya pasaron los cincuenta años que el ritual prometía, cincuenta años de buena salud inexorable. A su edad ya no habría forma de que Ros resistiera un momento más sin esa protección divina.
                No te preocupes querida, muy pronto nos veremos, pero no ahora. Aunque no sé si me voy a poder aguantar las ganas de volver a ver tu inexpresiva alma. Dime, ¿Qué tan cálido es el infierno? 

Fin

Derechos reservados a mi nombre. 

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sábado, 14 de enero de 2012

Evanescence Comic


Para verlo en un tamaño mayor, hacer clic sobre la viñeta.


Este Cómic ya había salido en EvThreads,
solamente le hice unas pocas modificación como cambiarle el idioma. 

jueves, 12 de enero de 2012

El día que conocí a Amy Lee

La lluvia de aquella tarde estaba terminando y el crepúsculo comenzaba a acentuares. Hace unos momentos me encontraba en una esquina esperando a que el semáforo se pusiera en rojo para poder cruzar la calle. Tenía los auriculares puestos por lo que me encontraba completamente desconectada del mundo, distraída por completo, mientras no dejaba de pensar en todo lo que tenía por hacer el día de hoy… y durante toda la semana.
            Vi que finalmente el semáforo había cambiado de color así que tranquilamente baje de la vereda y cruce sin siquiera mirar a los costados…
            Lo más seguro es que si no hubiera tenido puestos los auriculares, o solo si me hubiera molestado en prestar un poco de atención, me habría dado cuenta de que se acercaba un auto a toda velocidad. Por fortuna logre esquivarlo pero mi apresurada maniobra me hizo perder el equilibrio y caí inevitablemente hacia atrás sobre un charco de agua estancada en el borde de la vereda. Mis jeans quedaron empapados y malolientes por el olor del agua podrida y mis manos húmedas y pegajosas, sin contar que mi cabeza choco contra el borde y que ahora tenía un dolor punzante.
            Dos personas que jamás había visto aparecieron detrás de mí y me ayudaron a levantarme.
            -¿Te encuentras bien? –decía uno de ellos.      
            Una vez de pie les agradecí por su ayuda, me di la vuelta y me fui e inmediatamente me saque mi mochila, que también estaba mojada, y comencé a revisar si las cosas en su interior no se habían arruinado por el agua. Creí que había dejado a esas dos personas atrás, yo estaba aun un poco aturdida por todo lo que había sucedido así que apenas reaccione cuando uno de ellos me toco el hombro para que me volteara y me decía: Espera linda, deja que te ayude…
            En cuanto dijo esto el tipo que estaba a su lado tomo mi mochila y me la arrebato de mis manos resbaladizas mientras el otro me empujo hacia atrás y a continuación salieron corriendo como ratas. Les grite y comencé a perseguirles, pero era demasiado tarde… Antes de que pudiera hacer nada ya habían saltado una medianera y los perdí completamente de vista. Mire a mí alrededor para ver si alguien se encontraba por allí pero no había nadie más que yo.
            Sentí como las lágrimas comenzaban a juntarse de la pura rabia que sentía, en esa mochila estaba mi celular, mi billetera, un disco que acaba de comprar y otras cosas importantes para mí. Lo único que no lograron sacarme fueron los auriculares que llevaba puestos, los cuales estaban enchufados al celular y el forcejeo los lograron arrancar.
            Mi casa estaba muy lejos de allí, lo primero que pensé fue que tenía que notificar el robo lo más rápido posible, aunque sea llamar a la compañía del celular para que anule la línea, así que empecé a buscar una cabina telefónica. Las luces nocturnas encenderían en cualquier momento, y justo cuando creía que no iba a encontrar ninguna cerca de allí, milagrosamente pude ver una que se escondía bajo la sombra de un enorme árbol que se encontraba cerca de un parque casi vacio. Tome la bocina, pero luego recordé que no tenía monedas para llamar… todas se las habían llevado junto con mis cosas.
            ¡Era el colmo! Maldecía mi mala suerte, y encima recordé que se me estaba haciendo tarde para cumplir esos deberes que tenía que hacer. Estaba que me salía humo por las orejas, y trate de acumular toda mi frustración en una sola patada que le di a la cabina telefónica, blasfemando en voz alta. Sin nada más que hacer me senté en el suelo, aun con los jeans empapados y escondí mi cara entre las rodillas, cuando escuche una voz muy familiar en el aire.


-¡Oye! –dijo. ¿Acaso me hablaba a mí? –Si, tu. ¿Hey hermana, cual es el problema?
            Mire alrededor en vano, porque sabía que la voz no provenía de alguien a mi lado, sino de alguien que me hablaba desde arriba. Lévate la cabeza pero no logre ver nada, todo se había puesto muy oscuro. Entonces las luces de la calle y del parque se encendieron y yo pude finalmente distinguir a la figura que se encontraba sentada sobre la cabina telefónica.
            Sentí una sensación extraña en mi pecho, como si mi corazón estuviera a punto de romperme las costillas y atravesar mi piel, como si de pronto la realidad a mi alrededor se distorsionara y se volviera mucho mas densa, como si mi conciencia y mis sentidos me estuvieran jugando una mala pasada… Allí arriba se encontraba una mujer, de piel blanca y reluciente con la luz del faro a su lado, el cabello negro y suelto a la merced de la refrescante brisa. Incluso a esa distancia logre distinguir un claro color en los ojos, me que observaban con detenida atención, anhelantes y comprensibles. Yo ya conocía todos esos rasgos, y sabía perfectamente a quien pertenecían pero en ese momento simplemente no podía creérmelo.
            -Tu poderosa patada casi hace que me venga hacia abajo… -Aquella visión había movido sus labios, pero no, esto no podía ser realmente una fantasía, ¿o si podía? -¿Te encuentras bien?
            -Yo… S-si, estoy bien. Amm… ¿Tú eres…? Ah, ¿tu realmente eres Amy Lee?           
            Amy sonrió amistosa y asintió con la cabeza.
            ¡Era cierto! No no podía ser solo un sueño… Realmente estaba frente a la mismísima Amy Lee, mi artista favorita, mi icono de todos los tiempos, la única he inigualable Diosa de la Luz Imaginaria. Gritaba y me retorcía de la felicidad internamente, pero hacia lo posible por mantener la compostura… Pero solo lo posible. Comencé a balbucear y mi cara mágicamente se transforme de una mueca amarga a una sonrisa sin precedentes.
            -¡Esto es increíble! –Dije con un tono algo chillón impropio de mí –Es genial, no puedo creerlo… Amy, ¿Qué haces allá arriba?
            -Pues… Es una larga historia, no quisiera aburrirte.
            -Ah… No. Me refiero a que haces aquí, en esta ciudad… Lo ultimo que supe de ti es que estabas haciendo una gira en Estados Unidos.   
            -Ah, eso… A decir verdad esa también es una larga, laaaarga historia. Tal vez debería bajarme.
            Vi que se había parado sobre la cabina, así pude ver mejor el precioso vestido que estaba usando, era de color blanco que le llegaba un poco mas debajo de las rodillas, usaba una faja de diseño original de color negro y llevaba vendas alrededor de las manos, pero no llegaba a ver que estaba usando en loes pies… Me asuste cuando me di cuenta de que estaba a punto de saltar.
            -¡Espera, no lo hagas! –Le grite levantando las manos como si intentara sujetarla para que no se callera.
            -¿Qué? –Me pregunto confundida-. ¿No quieres que baje?
            -No, no es eso… Es que eso esta realmente alto y no veo ninguna escalera ni nada por donde subir… ¿Cómo fue que subiste?
            -Te lo explicare en cuanto baje, espérame un segundo.  
Sentí que el alma se me iba del cuerpo del susto cuando vi como Amy saltaba hacia una de las ramas del árbol mas cercano y se sujetaba con amabas manos de esta, dio una vuelta mortal hacia atrás cayendo en otra rama que se encontraba mas abajo y descendió hasta el suelo con un par de agraciadas piruetas.
            Con una sola mano recorrió todo su cabello dejándolo caer hacia atrás y una vez más ya se encontraba impecable. Por fin logre ver sus pies, y no llevaba puesto ninguna de sus típicas botas o alguna clase de sandalia, sino que estaba descalza, vendada de la misma manera en que se encontraban sus manos. Con tranquilidad se acerco hacia mí y yo no podía resistir la emoción, de pronto sentí la necesidad de dejar salir esas lágrimas que hace poco había sofocado.
            -Bueno, para subir realmente es bastante sencillo, solo tienes que sujetarte primero de la rama que esta mas abajo del árbol y desde allí trepar y trepar hasta llegar a un punto lo suficientemente alto donde puedas saltar y caer sobre la cabina sin problemas… así de fácil ^^ -Tenía una sonrisa radiante y su risa era completamente sincera, además era tan agradable escucharla hablar como escucharla cantar-. Bueno… Con eso claro… Un gusto conocerte, soy Amy Hartzler, pero puedes llamarme simplemente Amy.
            -Tú puedes llamarme Lucy. Es un honor conocerte Amy… No puedo creer que todo esto este pasando, estoy tan emocionada…
            No quería llorar frente a ella, me iba a sentir muy patética, pero no podía soportarlo, todo era tan maravilloso que no pude contenerme. Las lágrimas de felicidad me recorrían el rostro y un pequeño sollozo a menudo se me escapa de entre los labios. Amy al instante se acerco a una mas hacia mí mientras extendía los brazos,  y pronto me tuvo cautiva en el más cálida y hermoso abrazo que me hayan dado en toda la vida. Mi piel se sentía helada ante el calor de la suya, tenía una fragancia exquisita, casi exótica, que deje que me envolviera grabándola en lo mas profundo de mis dulces recuerdos… y cuando sentí su embriagador aroma, de inmediato recordé que yo estaba hasta la cintura bañada en agua podrida, y que por tanto mi olor habrá de haber sido de lo mas desagradable.
            Me sonroje al instante, y como si me estuvieran arrancando un pedazo de piel, me separe lentamente de ella.
            -Ay Amy, me apena muchísimo esto… Mi aspecto es terrible y además… esta esto q-que… -No podía terminar la frase de una forma coherente.
            -¿Ah?... ¡Oh! Ya veo. Tus jeans están todos húmedos y tus zapatillas también. ¿Qué fue lo que paso?
            Entonces comencé a contarle todo lo que había sucedido, el robo, el incidente con el charco y que por culpa de ello había perdido una entrevista de trabajo. Amy escucho atentamente cada palabra.
            -Oh, Dios, es terrible… Un asco de día, ¿no?
            -La verdad que si…
            -Si… Pero bueno, este tipo de cosas le podría haber pasado a cualquiera.
            -Es cierto, tienes razón.
            -Lo material se recupera, al menos no te hicieron nada malo, es lo importante. Los jeans se van a secar, y además te veo como una buena chica a si que si mañana no logras que te den ese empleo pues ellos se lo pierden.
            Puse mi cabeza sobre su hombro y ella me beso en la frente. Ahora realmente sentía que todo era perfecto, fue como si nada de lo anterior hubiera ocurrido y todo fuera solamente aquel momento.
            -Si nada de eso hubiera pasado, yo nunca te habría encontrado. –Le dije casi un susurro, porque la verdad es que me daba un poco de vergüenza, pero ella lo escucho de todos modos y me dedico una sonrisa de agradecimiento. -¿Sabes que es lo que mas pena me da? Que había comprado el disco que hace tanto quería y que ahora lo tienen esos hijos de re mil…
            -¿Qué disco?
            -Adivina…
            -Acaso… ¿Hablas de “Evanescence”?
            -Jajaja, si ^///^   
-Mujer… ¡Habérmelo dicho antes!
           
            Una vez dicho esto, Amy puso sus manos detrás de su espalda y en un abrir y cerrar de ojos había hecho aparecer una copia del nuevo disco de Evanescence de la nada.
            De repente sentí que la mandíbula me pesaba una tonelada y mis ojos se abrieron como platos en cuanto Amy dijo: Esta es la versión Delux. Toma, es un regalo especialmente de mí para ti J
            -¿Hablas enserio? ¡Muchísimas gracias!
            Justo cuando estaba por tomarlo ella me lo alejo de las manos.
            -Oh, espera… En que estoy pensando, no puedo darte esto… No sin antes firmarlo. Pásame el marcador plateado que tienes en la mano por favor.
            ¿Qué marcador plateado? Mire hacia mi mano y en efecto estaba sujetando el dichoso marcador. Esto se había vuelto repentinamente extraño ¿Desde cuando Amy tienen poderes mágicos? Se lo pase aun confundida por todo esto, mientras ella anotaba una pequeña dedicatoria en la tapa del disco y firmaba con su clásica firma, esa que siempre he soñado tener.
            Una vez mas extendió las manos para que yo pudiera sujetar el disco, pero una vez mas las alejo y le dejo nuevamente fuera de mi alcance. Dijo:
            -Un momento… Aun no puedo dártelo. No sin antes dedicarte una canción.
            De pronto al darme la vuelta me di cuenta de que un enorme piano de cola de color negro se había materializado frente a mis ojos en una explosión de humo. Cada vez tenía menos sentido…
            Amy dio un salto hacia arriba y como si estuviera volando con el poder del polvo de hadas, pasó sobre mí y se sentó frente al colosal instrumento.
            -Ven aquí Lucy, siéntate a mi lado.
            No podía ni pensar el negarme a tal petición así que sin chistar fui hasta donde estaba y me senté junto a ella. Ese piano parecí haber salido de la más hermosa fantasía, como si hubiera sido fabricado por un grupo de dioses musicales. Amy comenzó a tocar la introducción de “Lost In Paradice” y yo por un momento pensé que iba a volver a llorar. Cuando empezó a cantar su voz resonó en cada rincón de las calles, tan dulce como miel, tan poderosa como una tormenta, así debería sentirse escuchar cantar a los ángeles en persona.
            Mientras la canción avanzaba, pude distinguir como de entre los edificios aparecía gradualmente una suave neblina que rosaba nuestros pies, volviendo casi invisible el suelo, como si estuviéramos sobre las nubes. Un escalofrió de emoción me recorrió el cuerpo cuando note que grupos tras grupos de mariposas de un color celeste cielo, brillantes como las estrellas, revoloteaban a nuestro alrededor. Y en cuento la canción llego a su punto máximo de emoción, pude escuchar el resto de los instrumentos… Guitarras, violoncelos, batería, bajo, violines, todos juntos se levantaron desde bajo la neblina en una enorme orquesta frente a nosotras.
            Todo era tan hermoso, tan sublime e irreal… que pronto creí caer en cuentas.
            -Amy… Oye, Amy. –La llame con timidez, interrumpiéndola en el estribillo de la canción.
            -No lo pienses, solo gózalo. –Me dijo en un gentil susurro.
            Y eso fue lo que hice, disfrute cada nota, cada estrofa y cada imagen como si fuera la última, como si ese fuera el fin de los tiempos y esto sería lo último o lo más cercano al paraíso que alguna vez llegaría a ver la humanidad.
            Cuando sonó el último arpegio en el piano y la voz de Amy acabo casi en un suspiro, las mariposas a nuestro alrededor desaparecieron como en una explosión luminosa, rociándonos con un brillo sin igual, y de pronto, todo volvió a ser normal… Las calles vacías y secas, la banda había desaparecido al igual que ese piano sobrenatural y Amy se encontraba sentada una vez más sobre la cabina telefónica, igual que como la había encontrado.
            Aquella dama me sonreía, en su rostro se formaron esos encantadores hoyuelos que siempre se le forman cuando sonríe, y sus ojos adoptaron ese brillo tan encantador.
            -Todo esto es solo un sueño, ¿no es así?     
            Amy suspiro y luego asintió.
            -Y… ¿Cuándo despertare?
            -Cuando tú lo desees.
¿Cuándo yo lo deseara? ¡Esto es tan bello que no quisiera despertar nunca! Pero, ¿realmente valdría la pena vivir eternamente en un mundo de fantasías? Esta no era mi vida en realidad, ni mi ciudad, sino que solamente era un invento de mi imaginación. Ahora todas esas cosas sin explicación cobraron sentido, porque nada era verdad… Y ella tampoco es la verdadera Amy Lee.
            Tal vez mi realidad no será un cuento de hadas, pero es lo único que tengo, y prefiero vivir a vivir en una farsa.

            Cuando desperté, esta vez en el mundo real, lo primero que vi fue la cara de una enfermera, con un rostro rechoncho y arrugas en el entrecejo, al verme despertar largo un molesto alarido y salió corriendo de la habitación gritando el nombre de alguno de los doctores. Me encontraba rodeada por ruidos de hospitales, por maquinas conectadas a mi cuerpo y el inconfundible aroma a desinfección, aun no me acostumbrara a la luz que entraba por la ventana pero eso fue mejorando poco a poco. Comencé a sentarme sobre la cama con cuidado, porque sentía un dolor bastante agudo en el pecho, y así logre ver que en mi habitación se encontraban algunas de mis pertenencias, como mi ropa y mi mochila.
            A continuación un medico entro en la habitación.
            -Hola jovencita. Soy el Dr. Barrera, ¿Cuál es tu nombre?
            -Ss… Soy Lucy.
            -Bien. Recuerdas tu nombre ese es un buen síntoma. No te asustes, todo estará bien ahora.
            -¿Q-que fue lo que paso?
            -Bueno veras, tuviste un accidente. Cruzaste la calle sin mirar antes y un automóvil te atropello. Tuviste un pequeño traumatismo, una que otra hemorragia interna y te rompiste una costilla, te quedaste inconsciente en la calle. Por suerte, dos jóvenes que andaban cerca vieron todo lo que paso y llamaron a una ambulancia, lo malo es que no pudieron identificar la patente del vehículo… Lo cierto es que eres una chica muy afortunada. Tu cuadro medico no resulto ser tan grave, te estas recuperando rápidamente, en un días incluso podrías regresar a tu casa.
            -Eso es… genial. Ahora que le dice, ya recuerdo como fueron las cosas.
            -Bien… Oh, por cierto, unos familiares tuyos vieron a visitarte todo el tiempo en que tu estuviste aquí. Ayer se quedaron todo el día y pasaron la noche, se acaban de ir esta mañana. Insistieron en poner música, dijeron que asi te sentirías mejor.
            -¿Música?
            -Si. Ese grabador que esta a tu lado lo trajeron ellos. Ahora necesito que te relajes. –Una vez dicho esto el doctor inyecto algo en mi suero- Este medicamento aliviara el dolor que debes estar sintiendo, sentirás un poco de sueño pero no te preocupes que es algo muy normal. Debo irme por un momento, pero no te preocupes una enfermera vendrá en unos momentos.
            -¿Podría antes por favor pasarme mi mochila?
            El doctor me alcanzo amablemente mis cosas y luego se retiro. Cuando voltee a ver el grabador comprobé lo que sospechaba. A su lado se encontraban Origin, Fallen y The Open Door, mis discos predilectos. El hecho de haber estado escuchando todo este tiempo Evanescence, podría ser la respuesta a aquel maravilloso sueño.
            Busque entre mi mochila mi cuaderno y una lapicera y comencé a escribir todo lo que aun podía recordar de aquel sueño. No quería que algo como eso se me terminara por olvidar, sin dejar un solo detalle por relatar. Tal vez algún día alguien llegue a leerlo, pero es una posibilidad que en realidad no me interesa pensar.
            Pasaba el tiempo y cada vez empecé a sentir aun más los efectos del calmante. Como ya había terminado de escribir mi historia no me importaba dejarme caer sobre la camilla en un profundo sueño… Tome el cuaderno y la lapicera y las guarde dentro de la mochila… Cuando metí la mano sentí la bolsa del negocio de música, la que guardaba mi nuevo disco de Evanescence. Pensé que lo había perdido, así que quería verlo, aunque sea un momento, así poder dormir con una sonrisa en el rostro.    

            Saque la bolsa que se encontraba tan cerrada como me la habían dado, podía sentir dentro de ella la cajita del disco, intacta y a salvo. Saque el disco con mucha anhelación… Y descubrí algo que me dejo atónita. El disco no estaba envuelto en el plastiquito con el que suele estar envuelto, es más, el mismo se encontraba rasgado dentro de la bolsa, y en la tapa del disco estaba escrito con marcador permanente color plateado: Para mi querida Lucy, con amor Amy ♥

Acaso… Podía… ¿podía ser verdad? Esto no era un sueño.
            Los parpados cada vez me pesaban más, y cada vez se mas hacía mas difícil resistir a los analgésicos.  Lo último que recuerdo es la enfermera entrando en la habitación, dedicándome una sonrisa y como en cada mejilla se le marcaba un pequeño y encantador hoyuelo.   
      


domingo, 8 de enero de 2012

Fuentes de Inpiracion - Amy Lee y Emilie Autumn

En la vida durante mis vacaciones de este año, no me había despertado tan temprano como lo he hecho el día de hoy... lo cual por cierto considero ser una desgracia a riesgo de contradecir al dicho "Al que madruga, Dios le ayuda" 
Resulta que como a muchos humanos les ha pasado durante toda la historia de la humanidad, estaba experimentando una gama de sensaciones agradables y en cierta forma embriagadoras producidas por un placentero sueño, cuando de repente algo nos despierta de nuestro letargo e interrumpe nuestras perfectas visiones. 
Mi sueño perfecto quedo arruinado por el sonido del despertador de los de la habitación contigua, del cual ahora guardare cierto desdén, y como es común en estos casos, no pudo volver a retomar mi sueño... De hecho ya no pude pegar un ojo. 

En fin... Dando comienzo a mis refecciones matutinas (si; eso suena bien) empece a memorizar lo poco que podía recordar de aquel sueño antes de que sus fragmentos mas importantes se desvanecieran. No es la primera vez que sueño con alguna de mis influencias, con aquellas personas a quienes tengo en los pedestales más altos que conciernen a toda la humanidad según mis puntos de vista ^///^, mis amores platónicos, gente a la que le tengo una muy fuerte admiración de la que no me apena ocultar. 

Con cariño, quise expresar mi aprecio y agradecimiento hacia ellas por el simple hecho de ser siempre una inspiración más allá de lo que muchos podrían soñar lograr, con esta humilde publicación.     

Amy Lee


No deseo por el momento escribir y escribir todo un blog de lo maravillosa, talentosa y del afecto y agradecimiento que le tengo a esta encantadora mujer, porque soy muy consciente de que podría hacerlo sin ningún inconveniente, más allá de que me tomaría un buen tiempo intentar describir exactamente todo lo que sienta que es suficiente, y otra que tal vez no me alcanzarían las palabras. 
Tal vez todo esto suene muy cursi y exagerado, pero al demonio con eso, porque estoy siendo totalmente honesta. La Amo! Amo a esta mujer desde lo mas profundo se mi ser, y no puedo dejar de sentirme tan fascinada y tan absolutamente feliz cada vez que la veo, cada vez que la escucho... Para quienes no lo puedan entender, solo podría decirles que es tan complejamente hermoso, que me tomaría todo el tiempo que necesite para sentirme satisfecha con mi respuesta... Pero no en esta mañana. Pero, jojojo, ten por seguro que lo haré ♥

Con la mano en el corazón, muchas gracias Amy Lynn Hartzler por tantos años de dicha, por ser todos los días una inspiración y un ejemplo y por siempre ser esa voz poderosa, hermosa y apaciguadora que me hace sentir que merece la pena seguir. 



Esta imagen fue tomada durante la presentación de Evanescence en El concierto del Premio Nobel de la Paz de 2011 



Emilie Autumn


Mentes como la de Emilie son de las que no se conocen todos los días... o por varias décadas.
Al igual que muchos de nosotros, como la vida misma nos lo implica, tras una vida de varios eventos desafortunados, bellos acontecimientos, recuerdos memorables y ciertas experiencias traumaticas, pero realmente traumatizantes, lograron despertar el increíble (pero realmente increíble) potencial, poder y talento de esta adorable chica. 
Completamente autentica y original, siempre creando nuevos símbolos e imponiendo tendencias nunca antes imaginadas, talentosa para algunas cosas y virtuosa para otras, una persona que no teme a ser honesta, que puede llegar a descemvolver los mas desgarradores y oscuros sentimientos, sin perder nunca la gracia, hasta hacernos carcajear con las mas irónicas frases y su característico humor sarcástico; tan extravagante y al mismo tiempo tan perfectamente sencillo, tan inspiradora por su constante lucha por lo que quiere, tan exquisitamente inteligente e incomprendida... ¡Es muy difícil no convertirla en una verdadera influencia! O por lo menos es así en mi caso... No puedo evitar no cautivarme por su encanto y personalidad, ni mucho menos resistirme a la autentica admiración que le tengo. 
Sin dudas un icono en los pedestales más altos de mi perspectiva y una de las personas de las que se agradece el haber escuchado. 




"The Asylum" - Otra gran inspiración por la posteridad. 

Hay tanta gente que siempre resulta una fuente absoluta y considerablemente eterna de inspiración, de la que podría quedarme horas y horas hablando (muchos escritores, filósofos y artistas) 

Pero los mejores ejemplos a seguir y las siempre admirables fuentes de inspiración no se encuentran solo tras una pantalla de computadora, una revista o periódico, o en los libros de historia... 
Se los puede ver día a día, y a veces están justo frente a nuestras narices. 

Podes encontrarlos en la lucha de una personas por dejar las adicciones, en el santo sacrificio diario de una madre o un padre por el bienestar de sus hijos, en alguien que se detuvo a ayudar a aquel que se había quedado atrás, en el que lo da todo de si y lo hace en el anonimato. En la naturaleza, en el infinito cosmos, en las artes, en lo que nos gusta, en aquello que despierta una chispa de humanidad en nosotros... 

Y ahora, sin mas que decir, me retiro... 
Y dejo este collage de mis dos idolas  ^///^ 
Disfrutenlo! 








***No les digo que repriman sus opiniones o que desistan de expresarse... Pero,
COMENTARIOS Incensarios, poco ingeniosos o agradables, Abstenerse!  
Gracias***